Aunque parezca de ciencia ficción, ya no es tan raro que un robot participe en un proceso de reclutamiento. Y al igual que las personas, los robots están sesgados por los algoritmos con los que trabajan, pues estos algoritmos llevan los sesgos del programador que los creó. Para entenderlo mejor os recomiendo leer la saga de Bruna Husky creada por Rosa Montero donde explica fenomenal esos sesgos contando cómo programa la memoria del humanoide su programador. Cómo se comporta el humanoide en función de lo que puede o no recordar… En esos libros no era fácil saber quién programaba quién o qué y la protagonista, la famosa detective Husky, tiene investigar para descubrirlo.
Pues en el mundo real precisamente se quiere evitar tanta investigación y se pretende facilitar al empleado saber quién programó al robot que le seleccionó.
Así el pasado mes de junio la ministra Yolanda Díaz presentaba como algo pionero una guía para conocer el impacto de los algoritmos en las condiciones de trabajo.
Partiendo de la premisa de que los algoritmos no son inocuos, la guía que se pone a disposición de personas trabajadoras y empresas permite cumplir con la obligación de información algorítmica de todas las organizaciones.
La guía se concreta en 4 epígrafes de cuestiones: información general, información sobre la lógica y funcionamiento, información sobre las consecuencias, otra información relevante.
Cada epígrafe consta de una serie de preguntas como qué tipo de tecnología utiliza el algoritmo, quién lo ha desarrollado, con qué decisiones, si hay personas en este proceso de decisión y en qué medida participan, qué datos de entrenamiento se han utilizado, si se han verificado los extremos, qué consecuencias pueden derivarse para las personas la decisión adoptada, si se ha informado a la persona candidata del uso de algoritmos… Ay si Bruna hubiera tenido esta guía, cuánto trabajo se habría ahorrado.
Puedes descargarte la guía aquí
Como siempre Rosa estás en la vanguardia de las iniciativas y normativas. Muchas gracias