Ayer el Instituto Francés organizaba dentro del ciclo de conferencias con ocasión de la exposición temporal ‘Maria Skłodowska-Curie: una polaca en París’ una conferencia de la nieta de Madame Curie, Hélène Langevin-Joliot sobre el legado científico de la familia: «LOS JOLIOT-CURIE, MIS PADRES, Y LA RADIACTIVIDAD ARTIFICIAL«.

Para mí fue un evento fantástico, aunque debo decir que me sorprendió que la sala no se llenara (era en el Salón de Actos del CSIC en Madrid, Serrano 117). Llegué con bastante antelación, porque di por hecho que no habría entradas, y sin embargo sobraron plazas. La ciencia no debe ser tan interesante como yo creía…

Hélène Langevin-Joliot, nacida en París en 1927, es Doctora en Ciencias, Física nuclear y Directora de investigación emérita en el CNRS (Instituto de Física Nuclear). Hija de dos premios Nobel, y sus dos abuelas premios Nobel, lleva la palabra «CIENCIA» impresa en su ADN.

A mí además me llamó la atención su faceta humana, defensora del uso pacifista de la energía atómica y tan comprometida y solidaria como su abuela, ha luchado activamente por la creación de becas de ayuda para el acceso al estudio y la investigación de las personas menos favorecidas económicamente.

Me llevo para siempre esa faceta, su cercanía, amabilidad y calma, hablando transmitía mucha calma pero a la vez una gran energía, simpatía y alegría.

De toda su intervención me quedo con la que da título a este post: «La ciencia debe integrarse en la cultura como parte de la democracia como fue en su momento la alfabetización».

¡Qué lujo de conferencia!